Cuando un perro llega a la vida de una persona lo hace desde
cachorro, y la ternura que provoca verlo tan pequeño y gracioso, nos
hace olvidar que como cualquier ser vivo tiene necesidades fisiológicas y
también requiere de cariño, paciencia, higiene y educación,
independientemente del aspecto material. Pero, ¿cómo entrenar a tu mascota?
Cuando no tenemos considerados estos aspectos, es difícil hacernos
responsables por completo de él y ante las primeras adversidades
recurrir a medidas poco efectivas y lastimosas como el abandono.
Este tipo de medidas extremas como es el abandono o producirles
alteraciones físicas para limitar su naturaleza, son evitables en la
medida en que dediquemos el tiempo necesario para brindarles el
entrenamiento que les permita adaptarse a la convivencia con los
humanos.
Etiqueta perruna
La realidad es que no se requiere de pagar un costoso curso para que un perro reciba
educación, desde la confianza y el cariño que uno siente hacia él, es
más sencillo aleccionarlo y lograr que su comportamiento sea el
esperado.
Andrea Wolf, autora del libro Tu perro, tu espejo de Ediciones Obelisco, propone algunos tips que contribuyen a que el entrenamiento que se le dé, para enseñarle tanto algunas gracias como buenos hábitos:
- Antes de empezar, es necesario relajarse, se recomienda dormir una siesta o tomar una taza de té.
- Hay que seleccionar el lugar correcto, éste debe ser tranquilo, sin gente ni distractores como teléfonos, radio, etc.
- Se debe procurar que la mascota esté calmada. Si uno acaba de llegar de trabajar o de la escuela, hay que esperar a que termine su ritual de bienvenida, para después empezar.
- Se recomienda diseñar un plan de cuántos ejercicios se van a realizar, lo ideal es empezar de menos a más.
- Es importante darle una sola orden a la vez, así tendrá la oportunidad de procesar correctamente la tarea antes de cambiar a otra cosa.
- Hay que hablarle despacio y con claridad. Las órdenes deben tener pocas palabras y cortas.
- Solamente se habla lo necesario con la mascota, es decir, hay que darle la orden y el elogio correspondiente, nada más.
- Durante los ejercicios no se recomienda acariciarlo ni tener contacto afectivo con él.
- Si el can no entendió la instrucción y por lo mismo no obedece, hay que repetirla lenta y pausadamente.
- Se recomienda usar objetos de motivación, como comida o juguetes que se le brindan mientras se le hace un elogio. Eso sí, no es recomendable que uno muestre gran entusiasmo con sus logros.
Dedicar unos minutos diarios a la mascota para
enseñarle la forma correcta de desenvolverse en su nuevo hogar, es una
excelente muestra para ella y para uno mismo de que el anhelo de
mantenerse juntos, es permanente y que no terminará ni cuando deje de
ser un cachorro o cuando su comportamiento no sea el que habíamos soñado.
La amistad con el llamado "mejor amigo del hombre" también hay que
construirla con la misma dedicación y compromiso con que se hace con un
ser humano.
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