Recientemente, se aprobaron reformas a la Ley de Protección de Animales del DF, con las que se busca mayor respeto y cuidado a las mascotas que tienen bajo su resguardo los capitalinos.
Los principales aspectos a destacar son: la instalación del chip a los animales que sean registrados, las multas de hasta $1,600 pesos para quienes abandonen a sus mascotas, llevar un conteo de estas y evitar que se acreciente la ya exagerada sobrepoblación de animales.
Al respecto, es preciso reflexionar si estas medidas coadyuvarán a evitar el maltrato y el abandono de mascotas, principalmente de gatos y perros.
Cuando una persona adquiere o adopta un animal, se cree regularmente que el primero es más propenso a darle una mala vida a su mascota por el hecho de haberlo comprado; en el segundo caso, se tiene la impresión que adoptar, es inmediatamente un signo de humanidad.
Considero esta postura una verdad a medias o una falsa mentira, ya que hay muchos casos de personas que adoptan, que al tratar de darle una vida digna a un animal, pretenden hacerlo a partir de aspectos materiales, como comprarle juguetes, darles un techo, darles alimento, sin que eso signifique que se les de un acompañamiento, pues regularmente las mascotas viven aisladas, en departamentos pequeños, sin oportunidad de esparcimiento y propensos al estrés que produce la soledad.
También los hay quienes compran y que en muchos casos que vale la pena mencionar, les dan mejores condiciones de vida a sus mascotas. Por ejemplo, aquel que compra un perro de raza, regularmente le dará de comer, lo sacará a pasear, jugará con él, lo entrenará –invertirá en el- posibilitándole no sólo la subsistencia, sino un vínculo afectivo entre la mascota y quien decide comprar a un animal.
En ambos casos se puede dar el abandono y el maltrato, prácticas reprobables por dónde quiera que se le vea. Lo que pretendo poner en discusión es lo siguiente: no por muchas leyes que se hagan, que si bien son muy importantes para las mascotas, disminuirán los problemas asociados a las mascotas que ya hemos mencionado. El adoptar no garantiza que el agente sea una salvación para el animal en desgracia. Comprar no nos hace inhumanos. Todo pasa por el respeto a la vida y dignidad de las mascotas, algo totalmente indiscutible.
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