lunes, 27 de abril de 2015

¿Dónde comprar un tigre de Bengala?

El aroma de las quesadillas y la barbacoa de los puestos de la Central de Abastos de Toluca se difumina tras una barda en la parte trasera del mercado, donde prevalece el hedor de las heces de los animales: borregos, cerdos, pollos, conejos, todos prisioneros en jaulas de colores. Un viernes, un hombre que viste botas y sombrero nos pregunta si buscamos algún animal más allá de las especies legales que se observan a simple vista.
—Una guacamaya —le respondemos.
—La roja la consigo en nueve mil —dice.
—No, queremos una de las azules.
—Esa se las dejo en 20.
“Déjenme su teléfono, le hablo a mi contacto y en menos de 15 días les llamo para decirles”, promete en un tono apaciguado. Antes de la despedida, sin dejar de mordisquear una brizna de trigo, el hombre advierte: “No nos conocemos. Si los agarran, ese es su pedo. Esto es por debajo del agua”.
Durante las siguientes semanas, escenas similares, pero con diferentes especies, se repetirán en cuatro mercados situados en el Distrito Federal y el Estado de México. En los tianguis de la capital y de territorio mexiquense se ofertan aves, cocodrilos y hasta tigres de bengala. Aunque las dos entidades ocupan, respectivamente, el sexto y el séptimo lugar a nivel nacional en cuanto a número de animales silvestres asegurados en el periodo 2006-2015, de acuerdo con registros de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) obtenidos vía la Ley de Transparencia, son las dos primeras atendiendo a la diversidad de especies aseguradas. Su elevada población y sus conexiones con aeropuertos internacionales las hacen fundamentales en el negocio del tráfico de animales en México.
“El fenómeno es preocupante porque la agenda del gobierno no le da la debida importancia a una problemática que ha llegado a ser más lucrativa que el tráfico de armas”, asegura Mónica Pineda, directora de la organización Gente por la Defensa Animal (Gepda).
La red, según la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), comienza con los cazadores e involucra a acopiadores, transportistas, distribuidores, comerciantes, empresarios y funcionarios, hasta llegar al comprador, perteneciente a cualquier clase social, desde las colonias más exclusivas y lujosas como Condado de Sayavedra, hasta las más pobres e inseguras como Jardines de Morelos (de las más frecuentes, según la Profepa). La venta directa se realiza en mercados a través de traficantes camuflados de pajareros o vendedores de animales de corral, como el hombre que nos prometió una guacamaya azul en una semana.
El cocodrilo
El mercado de Sonora, en el centro de la ciudad de México, es conocido por las prácticas de magia negra y la venta de animales —legales e ilegales—. Adquirir un ejemplar es tan fácil como ir de compras a un supermercado. Un martes, entre los pasillos, se observan dos pavorreales, crías de erizos africanos y una pareja de rosellas —pájaros endémicos de Australia, Tasmania y Nueva Zelanda— que los vendedores ofrecen en 20 mil pesos. Pero hoy el objetivo es conseguir un cocodrilo.
Sólo uno de los vendedores consultados tiene a la vista tres crías de crocodylus moreleti, que llegan a medir hasta tres metros. Otro asegura que lo trae enseguida si se concreta la compra. El resto dice que en un plazo de dos días lo consigue, siempre y cuando dejemos la mitad del costo real.
Los cocodrilos que los locatarios ofrecen son menores a un año y miden menos de 40 centímetros. “Dos mil pesos”, suelta un tipo sentado en un banco. “Te lo vendo en tres (mil)”, comenta otro. Ambos se adquieren con papeles. Si se regatea, se puede comprar sin certificación y a la mitad de precio. Una guacamaya azul en una tienda legal como +Kota, ronda los 67 mil pesos, tres veces más que el precio que nos ofrecía el hombre tranquilo de Toluca.
Al final del recorrido por Sonora, sólo dos de seis vendedores rechazan venderlo sin papeles por temor a alguna sanción de las autoridades. Uno de los que acepta realizar la venta ilícita, es claro: “Vale más el papel que el animal”.
El cazador
Pasada la semana sin noticias del traficante de Toluca que prometió conseguir la guacamaya azul, decidimos visitar el mercado Rancho Las Tablas, de Santiago Tianguistenco. “La Cotorra” nos aborda cuando apenas damos unos pasos. Le preguntamos por una guacamaya azul pecho de oro. De inmediato consulta a su compañero “El Rorro”, un hombre bajito de ojos entrecerrados. Nos ofrece el ave a tres mil pesos menos de lo ofrecido por el vendedor de Toluca no llamó.
“El Rorro” presume de lo que él llama su catálogo: aves de todo tipo, reptiles —incluido un caimán— y hasta un chango. Pero dice que lo que más le gusta de este negocio es cazar: “Yo me voy hasta su nido y la traigo”.
Cuenta que cazó su primera ave a los 12 años y que ahora, aunque ya es un cuarentón, todavía viaja a Guatemala a cazar guacamayas en su hábitat: “No importa la Mara, el río, subirte a un pinche helicóptero. Nos gusta la adrenalina”.
Acordamos, como con el primer traficante, que nos llamaríamos en la semana, y brindamos con unas cervezas para sellar el trato. La condición que pone para realizar la transacción es que se realice en su casa o en la nuestra.
El almacén
A simple vista, en Tepito, colonia Morelos, se observan reptiles: un camaleón cornudo, un dragón barbado y un skink de lengua azul que valen mil 200 pesos cada uno. También pitones reticuladas y pitones albinas. Las serpientes, “sólo en exposición”, según un comerciante, están encajonadas en una pecera de aproximadamente un metro de longitud.
“¿Se te perdió algo, compadre?”, grita un vendedor cuando hacemos un gesto para sacar el celular del bolsillo. Mostramos interés por una iguana que cuesta 450 pesos. Después nos esfumamos, pero los comerciantes no nos quitan los ojos de encima.
Una vez en la calle, topamos con un tinaco azul repleto de ajolotes en 40 pesos, una especie endémica del sur de la ciudad de México incluida en la lista roja (peligro de extinción) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Un comerciante, días antes de nuestra visita, contaba con voz nerviosa por teléfono que a diferencia de hace un lustro, ahora venden todo con papeles, pese a que algunos vendedores nos ofrecerían después especies sin documentos. Los lunes, decía, llegan vía marítima peces de todo el mundo. Unos los crían en México, pero otros son de Colombia, Brasil, Estados Unidos, África o Shanghai.
La ruta del tráfico animal pasa habitualmente por el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, ubicado en la Venustiano Carranza. La Profepa aseguró allí mil 375 especies silvestres en poco más de siete años, y la PGR mil 335.
“El traficante internacional pide los animales por encargo a los mercados de Sonora, Río Frío, Jamaica, Tepito; incluso te los empaquetan. A su vez ellos tienen a sus proveedores en otros estados de la República”, relata un agente de la Profepa que pide mantener el anonimato. “Tienen una red ilegal que opera en el norte y en el sur. De esa captura ilegal, yo te aseguro que 80% pasa el algún momento por el DF”.
El inspector niega que los cárteles de la droga estén involucrados en este delito. Los más beneficiados, señala, son los coleccionistas y los traficantes internacionales de Europa y Estados Unidos. De los 91 vuelos en los que la Profepa registró tráfico de animales, 55 fueron internacionales, 36 llegaban o salían de Europa.
El tigre
Pasó otra semana sin que los traficantes, en este caso “El Rorro” y “La Cotorra”, nos llamaran para cerrar la venta de la guacamaya azul. Nos dirigimos otra vez por el camino de terracería que conduce al mercado Rancho Las Tablas de Santiago Tianguistenco, donde percibimos de nuevo el olor a estiércol y a heces que ha acompañado toda nuestra búsqueda.
Cuando nos acercamos a una jaula para ver los colores verde, rojo, azul y negro distribuidos en la cabeza y el cuello de un faisán, se aproxima un vendedor que no tarda en ponerle precio: mil cada uno. A su lado, un pavorreal está amarrado del cuello con una argolla plastificada. Según la Semarnat, son dos de las especies más traficadas.
El trecho pedregoso continúa entre decenas de vendedores rancheros. Uno muy joven, moreno y vestido con ropa deportiva roja, pregunta con insistencia qué buscamos.
—¿De casualidad vendes guacamayas? —le preguntamos.
Inmediatamente suelta el menú: la verde y la roja, entre 12 y 15 (mil), la azul en 55.
La mano derecha del pajarero sostiene una estructura vertical con celdas de madera llenas de canarios, ruiseñores de la selva, loros y cardenales. Su canto se mezcla con las palabras del ofertador, quien comenta que no vende reptiles como cocodrilos. Por segundos se extiende un silencio. Nos mira dudoso.
—Bueno, igual puedo conseguir un tigre
—comenta.
—¿Y los tigres más o menos en cuánto andan? —le preguntamos.
—Es que depende de cuáles quieran, si quieren del amarillo, del normal o del blanco.
—¿Si es como el de bengala?
—Es más caro.
—¿Cuánto cuesta?
—Yo creo como unos 300 (mil) varos.
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Se dispara tráfico de animales exóticos en el país

Édgar caminaba con pasos apresurados entre puestos de juguetes de madera, figuras de la Santa Muerte y veladoras para el amor, la buena suerte y la sanación. Cada pocos segundos miraba el reloj. El tiempo era esencial. No sería la primera vez que este inspector de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) veía cómo en un operativo contra la venta ilícita y tráfico de animales los comerciantes se “daban línea” y huían.

Aquella tarde de 2011, agentes de la Profepa, acompañados por la Policía Ministerial y efectivos de la PGR, habían rodeado el mercado de Sonora. Édgar iba de incógnito: vestía una gorra negra y un chaleco café claro con el escudo de un águila en la espalda. Sin embargo, un mercante se percató de lo que ocurría, sacó de sus peceras un par de cocodrilos pequeños y una iguana verde y los arrojó por la coladera.

Al comenzar los aseguramientos, cuenta Édgar (nombre ficticio por razones de seguridad), algunos locatarios lanzaron amenazas de muerte, otros escondieron las especies en los tapancos de sus negocios. Los que intentaron escapar vieron que las entradas y salidas del mercado habían sido bloqueadas por las autoridades. En cinco minutos los agentes aseguraron decenas de psitácidos (pericos, loros y cotorros) y reptiles de procedencia clandestina.

“El tráfico de animales no está en la agenda. No es prioridad para el Estado. A [Vicente] Fox le valió madre, a [Felipe] Calderón le gustaba el tema, pero no era prioritario, y al presidente [Enrique] Peña Nieto no le interesa. La Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) y la Profepa no tienen personal para ayudar en este tema”, se queja el servidor público mientras reflexiona sobre uno de los cientos de operativos en los que ha participado.

El tráfico de especies —que incluye compra y venta de flora y fauna silvestres— es, junto con el narcotráfico y la venta de armas, uno de los crímenes más lucrativos del mundo, según la Policía Internacional (Interpol, por sus siglas en inglés). Con los animales no existe una cifra clara sobre las ganancias que genera, en parte porque, como explica el delegado de la Profepa en el Valle de Toluca, Carlos Silvestre Pozos, las transacciones varían de una a otra dependiendo del tipo de vendedor y comprador.

Pero los beneficios son, como en los otros dos negocios clandestinos, exorbitantes. Un borrego cimarrón cuesta en el mercado internacional unos cinco millones de pesos, el equivalente a casi tres kilogramos de metanfetamina de alta pureza en Estados Unidos. Un mono araña, que alcanza los 150 mil pesos en el mercado negro, tiene el mismo valor que diez AK-47, el rifle más vendido del mundo.

En México, que posee 10% de todas las especies registradas en el planeta, los aseguramientos de ejemplares ilegales pasaron en los últimos tres años (2012-2014) de 2 mil 758 a 481 mil 101, según un oficio de la PGR obtenido vía la Ley de Transparencia.

“Considerando que uno de los principales acervos de México es su riqueza biológica, cualquier actividad que la ponga en riesgo es importante. Para muchas especies amenazadas, raras o altamente vulnerables a cambios en su ambiente, el tráfico ilegal de flora y fauna silvestre puede ser un detonante para su desaparición”, explica Adrian Reutter, representante en México del programa de la organización de protección animal WWF.

Negocio sin fronteras

Édgar no sólo ha participado en operativos dentro de mercados o tianguis del Distrito Federal y del Estado de México, también lo ha hecho en terrenos boscosos, selváticos y marítimos en otros estados de la República. Cuando se le muestran los oficios obtenidos vía Transparencia, que indican que Yucatán es el estado con el mayor número de aseguramientos del país —seguido de Sonora y Quintana Roo—, no se muestra sorprendido: “Entre 2012 y 2013 se dio un boom o efervescencia sobre el pepino de mar, especialmente en la zona de la Ría Celestum, donde hubo un fuerte saqueo”.

“Lo sacan [el pepino] y lo cuantifican por kilo, porque es un animal que casi no pesa. Te dicen que fue media tonelada o 300 kilos, pero cuando cuentas manualmente salen muchos más”, prosigue el funcionario, quien asegura que esta práctica ha sido una constante por años.

Aunque la inmensa mayoría de los aseguramientos se dan en Yucatán —92%—, el tráfico de animales está extendido por el país, de norte a sur y de este a oeste, hasta el punto de que los datos obtenidos vía Transparencia revelan que la PGR ha asegurado 510 mil 147 animales en siete años (2007-2014), en 21 entidades, mientras que en el caso de la Profepa fueron 95 mil 503 en el mismo lapso a nivel nacional, ambos oficios adquiridos por solicitud de información.

Guerrero es un abastecedor de aves y reptiles; Campeche de loros, monos y pepinos de mar; Baja California también nutre al mercado negro de estos últimos; Chiapas, Oaxaca y Veracruz son los estados donde más pericos se capturan.

En Nuevo León, los expertos aseguran que el mayor problema de tráfico se concentra en el venado de cola blanca y el borrego cimarrón. El Distrito Federal y el Estado de México funcionan como un almacén en el que es posible encontrar casi cualquier animal.

En lista de especies aseguradas aparecen las tortugas, justo después de los pepinos de mar; les siguen las iguanas, peces, serpientes, pericos, jilgueros, cotorras, tarántulas, cocodrilos, 10 guacamayas y otras tantas liebres.

Loros, tucanes, halcones, águilas, monos, jaguares, venados, tigres, leones, un búho y un escorpión también fueron en algún momento mercancía para el tráfico de animales.

Y entre los más preciados fuera del país para los traficantes están el tucán pecho amarillo y los cérvidos (venados, ciervos, alces), que rebasan el medio millón (600 mil); las guacamayas, que se cotizan en 500 y 400 mil, dependiendo si es roja o verde, y el loro cabeza amarilla, que alcanza los 300 mil pesos.

Colusión de autoridades

El inspector Édgar saca su celular y muestra algunas de las fotos que tomó durante años cuando estaba en los operativos. El protagonista de una de las instantáneas es un tigre de bengala enjaulado en una azotea de menos de cinco metros cuadrados en el municipio de Chalco, Estado de México. El animal está consumido. Sus costillas se marcan en la piel.

El agente de la Profepa se sabe de memoria los casos más emblemáticos de su trabajo, como la venta de huevos de tortuga en costales como si fueran papas, en Juchitán, Oaxaca; halcones y águilas ofertadas los jueves atrás de la Presidencia Municipal de Chalco, entre otros casos de crueldad animal relacionada con brujería en el Distrito Federal y el Estado de México. Dice que la mayor parte de los aseguramientos se logran gracias a las denuncias ciudadanas, pero que a pesar de que la conciencia por los animales ha permeado en la sociedad, el tráfico no va a terminar mientras haya compradores.

Muchos de los operativos en los que ha participado han sido fallidos. “En muchas ocasiones las corporaciones están coludidas. No quiero pensar mal, pero cuando nuestro jefe no nos quitaba los celulares antes de los operativos, casualmente no encontrábamos nada. Tiene que ver con la corrupción interna, pero también la Profepa tiene miedo de colaborar con la policía porque hay fuga de información”, lamenta.

Refugio para animales, ambicionan su predio

Ante el crecimiento de Santa Fe los refugios de animales ubicados en la carretera México-Toluca no descartan el interés que puede surgir en los predios que ocupan para construir complejos habitacionales.

Lidia Aguirre Cadena, representante de la Asociación Humanitaria Mexicana, sostiene que no tienen temor ante la creación de un uso de suelo que regule los albergues en la Ciudad de México, porque los 120 animales que hoy ocupan este albergue “llegaron primero” .

“Se está acercando mucho Santa Fe, pero nosotros llegamos primero. Es lo mismo que siempre sucede, pero deben de recordar una cosa muy importante: los perros y gatos son parte de nosotros y de la población del país. De nuestro albergue no se pueden apropiar, solamente sería comprándolo, porque nosotros tenemos escrituras de este inmueble”, dijo la representante.

Los gatos, perros y hasta una oveja rescatada que conviven en este refugio de cinco mil metros cuadrados tienen jaulas de poco más de un metro que son adecuadas con asoleadero y con techo para protegerlos del frío en temporada invernal.

Aguirre Cadena defiende  que la razón por la que no se permite superar la cifra de animales en ese albergue es para brindarles un mejor espacio, alimento y atención.

“Aquí se les trata de dar un buen nivel de vida a los animalitos. Recogemos a perros de la calle o maltratados, y no le vemos el caso de traerlos y juntarlos con muchos más, para que se lleguen a pelear por el espacio y la comida”.

Ubicado en la colonia Vista Hermosa, en el kilómetro 17.5, el santuario también tiene un cementerio de mascotas a donde la gente puede acudir a sepultar a sus animales. Sólo se les pide una donación de mil pesos y traer su lápida.

Desde su fundación, el refugio no se ha limitado al rescate de perros y gatos, pues también ha tenido como huéspedes a burros que son explotados para la recolección de basura, y armadillos. También dan mascotas en adopción y seguimiento de su calidad de vida.

El albergue de la Asociación Humanitaria Mexicana es vecino del Refugio Franciscano, A.C., donde hace más de dos semanas el Instituto de Verificación Administrativa del Distrito Federal realizó una suspensión bajo el argumento de no contar con uso de suelo y abuso animal.

Ante esto, la presidenta del refugio, Ginna Rivara Reyes, tuvo reuniones con el consejero Jurídico y de Servicios Legales del Distrito Federal, José Ramón Amieva, por lo que se suspendió la clausura y continúa operando.



INSTALACIONES
Veterinario a la mano.  Todos los días el médico revisa a cada uno de los huéspedes del albergue, vigila su alimentación a base de croquetas y alimento enlatado, da medicamentos, pone las vacunas y realiza cirugías  cuando se requieren.

Cuarto propio.Tienen jaulas de poco más de un metro con asoleadero y techo para protegerlos del frío en temporada invernal: por ello no aceptan más animales.

Albergue post mortem.  También tiene un cementerio de mascotas a donde la gente puede acudir a sepultar a sus animales. Sólo se les pide una donación de mil pesos y traer su lápida.

lunes, 13 de abril de 2015

Plasman maltrato animal

Con un mensaje enfocado en evitar el maltrato y abandono animal, integrantes del Club Universitario de Rescate de Fauna Urbana elaboraron diez murales en distintas zonas del puerto de Ensenada, con el objetivo de sensibilizar a la comunidad en forma visual.

Ayer trabajaron en la Escuela Secundaria No. 86 "Lázaro Cárdenas”, en la colonia popular Emiliano Zapata, sitio en el que el personaje principal será el perro "Pulgoso”, quien fue adoptado por alumnos del plantel.

El proyecto lleva por nombre "Campaña de Información y concientización sobre el maltrato y abandono animal”; la coordinadora es María Guadalupe Ugalde Barrios, egresada de la Facultad de Ciencias Marinas de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC).

El grupo es apoyado por Alejandro García Gastélum, profesor investigador de la facultad citada; de manera general, han enfocado sus esfuerzos en atender problemáticas sociales como el maltrato, mediante imágenes de perros y gatos.


Colonias visitadas

Los murales han sido elaborados en colonias como Jalisco, Morelos 2, Misión, Chapultepec y Moderna; en cada lugar se invita a participar a la comunidad. De manera adicional elaborarán un mural relacionado con la fauna marina y tendrán colaboración de la organización Costa Salvaje.

"Lo que estamos haciendo es sensibilización contra el maltrato animal. Es tomar paredes y, a través del arte nuestro compañero Rodrigo Martínez -quien es artista plástico- estamos haciendo murales para que sea visual. A la vez estamos dejando unas frases para sensibilizar a la comunidad sobre la problemática”, comentó Ugalde Barrios.

Rodrigo Martínez es estudiante de la licenciatura en Artes Plásticas de la Facultad de Artes de la UABC, y es el encargado de la parte artística del proyecto.

La coordinadora destacó que apenas en Baja California se considera delito el maltrato animal (dos años de cárcel), por lo que la campaña incluye el número telefónico (646) 172-34-52 de la Dirección de Ecología Municipal, para que la gente haga sus denuncias.


Actividades alternas

El proyecto incluye talleres en escuelas para informar y prevenir el maltrato animal, además de que el grupo busca enlaces con el sector salud con referencia a esta problemática; también realizan caminatas con las mascotas en la playa.

La campaña citada es impulsada la Facultad de Ciencias Marinas, las asociaciones civiles Fondo Acción Solidaria (Fasol) y Haciendo lo Necesario; también de la Dirección de Ecología Municipal.

Seguros para mascotas, mercado al alza


Para Maricela Rodríguez, atender a sus mascotas es lo más importante, porque considera a sus dos perros como miembros de su familia, a los que atiende como si fueran sus hijos pues aseguró que “Canelo y Buky  son mis compañeros fieles que nunca me van a dejar, y nunca me reclaman cuando llego tarde”.

Maricela vive sola y dice que su trabajo le da para darles lo mejor que pueda por lo que mencionó que los tiene asegurados, ya que muchas veces no es suficiente con visitar al veterinario,  porque al igual que los seres humanos también están expuestos a accidentes y enfermedades inesperadas que requieren de una serie de análisis y vacunas y “esto sí representa desembolsar un  gran  gasto”.

Dijo que desde hace un año contrató un seguro médico para sus mascotas, el cual le ha sido redituable tanto en la atención recibida como en los costos, porque la póliza de gastos médicos ampara enfermedades y accidentes y, en caso de fallecimiento se ofrece un servicio funeral.

Mascota compañera incondicional 

La psicóloga Hilda Beatriz Salmerón García, consideró que dueños responsables procuran brindarles todo tipo de cuidados a sus mascotas a fin de garantizarles una vida larga y placentera, sin importar el costo que ello represente, incluso hasta adquirir un seguro médico para esos seres vivos que se convierten en un acompañamiento incondicional, aumentado la autoestima y el sentido de responsabilidad.

Dijo que ante una sociedad globalizada donde hay mayor comunicación pero se carece de  verdaderos vínculos entre personas, la tenencia de animales de compañía es cada vez más creciente porque se han convertido en un soporte psicológico que reduce la sensación de soledad y permite la interacción de sus propietarios con el medio social que les rodea.

Este protagonismo del animal doméstico se da porque hoy  somos una sociedad que ha ido sensibilizándose hacia el maltrato, la explotación, la tortura, el abandono y la estigmatización a la que son sometidos; esta conciencia ha dado como fruto leyes de protección animal en el país promovidas, en gran parte por organizaciones proanimales.


Gustavo Larios Velasco, presidente de la Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales (AMEDEA), en entrevista para Siete24 consideró que es positivo que empresas como  Mapfre,  MediPet,  Nuugi Pet Care, impulsen un tipo de seguro médico para animales,  sin embargo, también se corre el riesgo de que sean abusivas, como las aseguradoras de los bancos que no cubren al cien por ciento lo que ofrecen.

De acuerdo con la aseguradora Nuugi Pet Care, en la actualidad existen 20 compañías que ofrecen seguros de salud en Estados Unidos y cinco más en Canadá.  En México, hasta el momento son tres las empresas que ofrecen diferentes pólizas para proteger a las mascotas.

Las pólizas cubren accidentes y enfermedades, responsabilidad civil y muerte o pérdida de la mascota (solo perros y gatos) por robo o extravío,  además cuentan con clínicas y hospitales a nivel nacional afiliadas a la respectiva aseguradora, ofreciendo una atención médica de veterinarios profesionales, así reza la publicidad de las empresas de seguros.

Los requisitos varían para cada animal

Para un gato, éste debe estar entre dos meses y nueve años de edad; haber cumplido con el esquema de vacunación anual según la edad establecido en el carnet correspondiente, el cual debe contener sello, nombre, cédula y firma del médico veterinario, que la emite, así como las calcomanías o datos de las vacunas aplicadas a la mascota.

Las vacunas deben ser  Rinotraqueitis,  calicivirus, panleucopenia felina, leucemia viral felina (o previa prueba serológica que lo acredite como negativo a leucemia/sida felina y vacuna antirrábica, así como aquellas otras que por dictamen de la autoridad sanitaria fuera precisas administrar en un momento dado, de acuerdo con Seguros MediPet.

Mientras que para un perro, éste debe tener entre dos meses y nueve años de edad; no estar destinados a la caza, guardia y protección o cualquier deporte; haber cumplido con el esquema de vacunación anual (según la edad) establecido en el carnet correspondiente, el cual debe contener sello, nombre, cédula y firma del médico veterinario.

Según las empresas aseguradoras, para tener certeza del seguro es necesario contar con la media filiación plena de la mascota, mediante fotografías, declaraciones por escrito de sus señas particulares y todos los documentos que acrediten las características del animal.

El seguro comprende  también el  servicios funerarios, además de la  responsabilidad civil por daños que cause la mascota a un tercero a consecuencia de hechos realizados sin dolo, ya sea por culpa en el cuidado, vigilancia o por agresividad del animal.

Los costos para asegurar un animal varían en esas tres empresas, van desde los  90 pesos hasta  los  517 mensualmente, y los gastos médicos cubiertos oscilan entre los cinco mil hasta 30 mil pesos.

Autoridades incompetentes

Gustavo Larios Velasco, presidente de la AMEDEA resaltó que esas empresas abren un campo de negocios en los seguros para mascotas muy interesante, mostrando que más sectores se involucran en dar un trato digno a esos seres vivos.

Sin embargo, reconoció el activista, falta mucho por hacer, pues aun cuando se tienen en 28 entidades leyes estatales de protección animal,  la Ley Federal de Sanidad Animal y normas que tienen que ver con el manejo animal en laboratorios y universidades, la distribución de competencia es deficiente.

El trabajo de los jueces cívicos deja mucho que desear,  incluso el actuar de la policía de la Brigada de Vigilancia Animal y de la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial del DF (PAOT) que es la oficina para salvaguardar la protección de los animales tiene muchas carencias, ya que cuando logra el rescate de algún animal maltratado no tiene dónde llevarlo.


Resaltó que para hacer valer las leyes en caso de maltrato, en la Ciudad de México compete principalmente a los jueces cívicos, pero también hay atribuciones para las secretarías de Salud, Medio Ambiente, Seguridad Pública y las diferentes delegaciones políticas.

En los estados, lo normal es que la competencia recaiga en los ayuntamientos, pero hay casos en los que se designa a otro tipo de autoridad.

Pero el problema de nuestra sociedad es que la mayor parte de los servidores públicos no tienen la preparación ni la calidad profesional y ética que se requiere para cumplir adecuadamente con sus funciones y hacer valer la legislación.

Lo que más urge es que las autoridades tengan la voluntad política para estableces dos cosas, una mantener enlaces con las organizaciones sociales y, la otra establecer protocolos de actuación  de las  autoridades como son los Ministerios Públicos, porque  no es suficiente aprobar leyes si éstas no se aplican, por ello, la urgencia de que existan políticas públicas para que las legislaciones se conviertan en realidad, concluyó el presidente de la AMEDEA.

Rechaza Refugio Franciscano maltratar a animales


El Refugio Franciscano A.C. rechazó de manera tajante que los animales que vivían en sus instalaciones se encontraran en condiciones de hacinamiento, sin comida ni agua, así como la existencia de una clínica y un crematorio.

La institución desmintió que en el lugar haya una clínica y que los animales se encontraban en jaulas hacinados; pero aclaró que sí cuentan con una enfermería que atiende a perros y gatos.

Además indicó que el predio en el que están ubicados, al poniente de la capital en la zona de Santa Fe, es de 10 mil metros cuadrados donde hay una pequeño bosque para que los animales habiten.

Agregó "a los perros y gatos ni les falta agua ni comida; eso no quiere decir que la institución no tenga carencias ni problemas para obtener los recursos que amorosamente muchos donantes e instituciones le otorgan de forma regular".

Recalcaron que llevan casi 40 años de servir a la comunidad de la ciudad de México; tiempo en el que han atendido "a más de 22 mil 184 animales, todos ellos esterilizados lo que, en términos de reproducción, evitó que hubiera por cada uno de estos animales 20 mil descendientes en menos de cinco años".

Refugio Franciscano A.C. sostiene que su institución ha sido avalada a lo largo de su historia distinguidas personas e instituciones.

Por su parte, el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, indicó que las partes involucradas se reunirán con el consejero Jurídico del Gobierno del Distrito Federal, José Ramón Amieva.

"Respecto al asunto #RefugioFranciscano, instruí a @amievajoserra se reúna con las partes involucradas este lunes a primera hora #mm", escribió en su cuenta de Twitter.

lunes, 6 de abril de 2015

Retiran de calles y baldíos mil 144 cadáveres de animales


Durante el primer trimestre del año se retiraron de las calles y lotes baldíos de la ciudad mil 144 cadáveres de distintos animales, principalmente perros y gatos, una cantidad que las autoridades calificaron como alta.

Portavoces de la dependencia dieron a conocer que este tipo de actividad se realiza para evitar que se genere una mala imagen en los diferentes sectores o fuente de infección en la vía pública.

Los datos proporcionados establecen que en enero fueron 355 cuerpos de animales los que fueron levantados de la vía pública, 317 en febrero y 472 en el mes pasado.

La cifra obtenida durante este lapso es de consideración si se toma en cuenta que el invierno es la temporada en la que se detecta el número menor de animales muertos en las calles, a diferencia de lo que ocurre cuando asciende la temperatura durante la primavera, verano  e incluso el otoño.

De seguir esta tendencia durante el 2015 se podría rebasar la cifra registrada el año pasado, cuando en todo ese lapso se recogieron 3 mil 728 cadáveres de animales.

En los meses recientes, según la información proporcionada, se han recolectado principalmente perros y gatos.

Las autoridades locales exhortaron a los ciudadanos a reportar las osamentas de estos animalitos a la dependencia, la que dispone con personal y vehículos especiales que pueden acudir incluso a domicilios particulares en caso de que el propietario no cuente con los medios para llevar estas mascotas al Relleno Sanitario.

Los reportes se pueden realizar al teléfono de oficina (656) 737 02 00, en un breve tiempo acudirá el personal a realizar el retiro del cadáver para prevenir problemas de infección que deriven en conflictos de salud pública.

Piden activistas castigar a santeros por sacrificios animales

El Frente Ciudadano Pro Derecho Animal informó que presentó una denuncia ante la PGJDF debido al incremento en el sacrificio de animales con fines rituales, por lo que también exige una ley que prohíba esta práctica


El Frente Ciudadano Pro Derecho Animal (Frecda) exigió a los gobiernos del Estado de México y del Distrito Federal aplicar la ley para detener el sacrificio y tortura de animales en ritos satánicos, de santería o por diversión. De acuerdo con el coordinador general del Frecda, José Luis Carranza, en los últimos meses se ha observado un incremento considerable en el sacrificio perros, gatos, cabras y gallinas, los cuales son tirados en la vía pública, situación que representa un foco de infección.

Asimimo, José Luis Carranza indicó que quienes realizan los sacrificios y ritos burlan las cámaras de seguridad pública e incluso han llegado a destruirlas para evitar ser vistos por las autoridades al momento de arrojar los cadáveres de los animales en la vía pública.

"Los santeros o los asesinos de nuestros hermanos sin voz dejan las cajas o bolsas con animales muertos frente a las cámaras de vigilancia, lo que provoca un sentimiento de impunidad por parte de los delincuentes y de ineficiencia por parte de los operadores del 'sofisticado equipo' que parece que en la noche no funciona", enfatizó el activista.

José Luis Carranza informó que la Frecda presentó una denuncia en la PGJDF contra los responsables, por lo que espera que las autoridades inicien las investigaciones correspondientes y aplique la ley a los culpables.

Por último, reiteró su exigencia de aprobar una ley que se aplique en todo el territorio que prohíba el uso de animales para espectáculos públicos, privados, con fines religiosos, de culto o sólo por diversión.

Denuncias por maltrato animal en el DF “se disparan” en los últimos 3 años

Desde que se creó la Ley de Protección a los Animales en la Ciudad de México en 2002 no se había denunciado tanto el maltrato animal. No obstante, de 2012 a la fecha se han documentado mil 118 denuncias, lo que representa el 80% del total de denuncias en los últimos 13 años, según la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial del DF (PAOT).

La subprocuradora de la PAOT, Leticia Mejía Hernández, aseguró que gracias a las denuncias de la gente, el organismo puede ir a revisar un albergue o algún sitio donde se reporte violencia contra animales, sin embargo, esta instancia no tiene facultades para sancionar de algún modo a los responsables. La razón, según la propia subprocuradora, es que la Ley de Protección Animal en el DF es “insuficiente” porque no contempla cuidados específicos.

“Lo que les decimos en este tipo de albergue es que los cuidados que deben de tener de bienestar animal son aquellos que en su momento sacamos gracias al apoyo que nos dio la Facultad de Medicina y Veterinaria de la UNAM, en cuanto a hacinamiento y que cuenten con un veterinario”, detalló la subprocuradora.

Para  muestra está el operativo más reciente de la PAOT al centro de “rescate animal” Proyecto Gatto el pasado 9 de marzo, donde encontraron 14 cadáveres de gatos y deficientes condiciones de salud con el resto de las mascotas.

“Encontramos ocho animales que tenían cierto maltrato animal y que entregamos  a otras protectoras , quienes los llevaron a médicos veterinarios. La denuncia fue porque tenían datos de que ya estaban muertos (los gatos), pero en lugar de llevarlos a incinerar, los tenían ahí en un refrigerador. Fueron 14 gatos los que encontramos y que posteriormente esta persona los llevó a incinerar, en una comparecencia que tuvimos con ella, nos entregó las pruebas”.

Y es precisamente en asociaciones y rescatistas en quienes confía la PAOT para decidir a dónde van a parar las mascotas aseguradas.

Uno de los episodios más recientes lo protagonizó la Universidad Anáhuac de la Ciudad de México, que mantenía a 23 perros amarrados en el sótano del plantel para el resguardo de las instalaciones, de acuerdo con defensores de animales.

Una de las rescatistas y adiestradora, Marcela Muñoz, documentó y publicó en redes sociales testimonios de los vecinos del lugar las condiciones de los animales dentro del predio.

La Universidad Anáhuac reconoció en una minuta las condiciones en que se encontraban los animales y acordó una serie de propuestas como cambiar el área de estancia de los perros, la instalación de dormitorios adecuados, bañarlos con más frecuencia y llevar una bitácora sus actividades y estado de salud.

Según cifras de la PAOT, entre las principales conductas denunciadas en la Ciudad de México en temas relacionados con animales, además del maltrato, está el hacinamiento, abandono, su venta en vía pública, experimentación, el sacrificio, peleas y falta de higiene.

Del total de denuncias, 22 mil 257, que atiende la PAOT, 6% son de materia animal. Actualmente este organismo mantiene en investigación 151 expedientes abiertos por violaciones a la Ley de Protección a los Animales.

Entre 2002 y 2015 Iztapalapa ha sido la delegación que más denuncias ha recibido por violaciones a la Ley de Protección a los Animales con 153, seguida de Cuauhtémoc con 148, después Coyoacán con 132 y Gustavo A. Madero con 131.