Sabemos de la existencia del comercio ilegal de fauna silvestre en
México, en especial, de aves que vemos en los mercados, los tianguis, en
las carreteras de nuestro país. No vayamos tan lejos, hasta las podemos
ver en tiendas de mascotas. Muchas son aves en peligro de extinción
con su supuesto papeleo en orden por parte de la Secretaría de Medio
Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) — documentos que nadie verifica
—.
En los últimos días la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente
(Profepa) se dio a la tarea de hacer una revisión en zonas conocidas,
donde puedes encontrar aves en "el mercado negro". Como resultado, se aseguraron un total de 100 ejemplares, entre las inspecciones realizadas en Estado de México, Campeche, Tlaxcala y zona Metropolitana.
Entre las aves se encontraron especies endémicas e internacionales,
cuyo comercio se rige bajo estrictos convenios de comercio. Se
encontraron loros cabeza amarilla y cabeza azul, ambas consideradas
especies en peligro de extinción; loros frente blanca; loros pecho
sucio, con protección especial; pericos frente naranja; hasta loros
argentinos, especie protegida por Convenio sobre Comercio Internacional
de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES). En todo el
operativo sólo encontró un par de aves con sus documentos en regla.
Muchas de estas aves tienen una inteligencia impresionante, explotada
por el ser humano. Un entretenimiento más en la lista: el loro que
aprende a hablar o a imitar sonidos; aquellas guacamayas que son
exhibidas en zoológicos y parques con rutinas aprendidas; los tucanes
que venden como un artículo de lujo para adornar la casa o el jardín con
sus espectaculares colores. Esas aves no han nacido para tener una vida
así.
En caso del comercio de aves exóticas, Semarnat y Profepa deberían trabajar en conjunto para erradicar el problema de raíz. Si bien es necesario una lucha contra el comercio ilegal de aves exóticas, la clave está en desarrollar programas de reproducción y preservación de las especies.